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Un viaje por mundos fantásticos: La monumental obra de Juan Giménez

El autor argentino se transformó en el primer historietista fallecido a raíz del Covid-19

"Creo que mi interés por la ciencia ficción viene del hecho de que ese género posee el recurso de suscitar la mayor evasión que pueda darse, el viaje a mundos imaginarios".

Ese viaje, esa evasión que describe el historietista argentino Juan Giménez es algo de lo que fuimos testigos todos los que tuvimos la oportunidad de tener en nuestras manos un trabajo de este autor.

Su obra es un pasaje a mundos fantásticos, posibles e imposibles, que nos hacían soñar despiertos y maravillarnos con sus dibujos hasta el más mínimo detalle, siendo inspiración e influencia para cientos de artistas.

Por ello, su partida golpeó fuerte. Giménez murió en su natal Mendoza a los 76 años víctima de la pandemia que enfrenta el mundo, siendo el primer historietista en fallecer a raíz del Covid-19.

Apasionado por los aviones, la mecánica y la ciencia ficción, empezó a dibujar a temprana edad copiando otros cómics y llegó a publicar en destacadas revistas locales como Frontera, Misterix y Hora Cero con apenas 16 años.

Sin embargo, se alejó de las viñetas, estudió diseño industrial y vivió 15 años de la publicidad, hasta que en 1973 volvió a poner sus manos en un cómic -una revista Skorpio en cuya portada salía un dibujo de Corto Maltés- y se dio cuenta de que su pasión estaba en las viñetas.

Trabajó para esa misma revista, donde publicó su primer gran cómic, As de Pique, escrito por Ricardo Barreiro, donde pudo dar rienda suelta a su pasión por los aviones en una historia ambientada en la Segunda Guerra Mundial.

Su trabajo lo termina instalando en el medio europeo, hasta donde se traslada y desarrolla la mayor parte de su emblemática obra. Firmaría junto a Barreiro su primera obra a color, Estrella Negra, una historieta de ciencia ficción donde se muestran elementos que marcarían sus posteriores obras, además de los relatos de una urbe ficticia en Ciudad -también con Barreiro- y su primer trabajo como artista completo en Cuestión de Tiempo.

Colaborador de emblemáticas revistas gráficas como Métal Hurlant, incluso participando en la creación del aspecto visual del episodio Harry Canyon en la película animada Heavy Metal, siguió firme en la ciencia ficción con Basura, junto a Carlos Trillo, y El Cuarto Poder, donde volvió a lanzarse como artista completo.

Pero la obra más emblemática llegaría en la década de los 90, cuando empezó la aventura de La Casta de los Metabarones, una épica y violenta space opera escrita por el chileno Alejandro Jodorowsky, expandiendo la historia de uno de los personajes que fue presentado originalmente en El Incal.

Más cercana a las tragedias griegas que a Star Wars, sigue la historia de cinco generaciones de guerreros en relatos donde Giménez desata su talento gráfico, logrando que cada viñeta sea una obra de arte, mezclando tecnología avanzada, inspiraciones en la Edad Media y el Renacimiento y hasta la estética de las últimas películas de Akira Kurosawa. Una mezcla que parecía imposible y el argentino lleva a niveles excepcionales, obligándonos a revisar cada detalle.

Originalmente publicada en Francia, ha sido editada en todo el mundo y con fuerte éxito en Estados Unidos. Hasta hoy, es una obra esencial que demuestra el grandioso potencial del cómic como medio de narración.

Los premios no faltaron en su carrera, incluyendo el ser galardonado con el Premio al Mejor Dibujante en el Salón del Cómic y la Ilustración de Barcelona en 1984, Mejor Dibujante elegido por los lectores de las revistas 1984 y Comix Internacional en 1983, 1984, 1985 y 1990, y hasta el Yellow Kid en el Salón Internacional del Cómic de Lucca en 1990 y el Bulle D'Or en Francia en 1994.

La sorpresiva noticia de su partida fue recibida con dolor por sus colegas, tanto trasandinos como de todo el mundo, donde reconocieron su influencia, destacaron su gran personalidad y celebraron su obra, vida y logros.

"Ha muerto el Metabarón. El maestro y guerrero de la Historieta que nos abrió puertas a nuevos universos y nos inspiró para imitarlo contando historias dibujadas", escribió el historietista Félix Vega (Juan Buscamares, Duam).

La puerta a esos mundos imaginarios sigue abierta en sus trabajos, una invitación a soñar despiertos y viajar por fantasías que vivirán por siempre en las viñetas.