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El dramático evento que Andor trajo al canon oficial de Star Wars

La Masacre de Ghorman ya había sido nombrada en Rebels, y ahora vimos cómo se desarrolló realmente.

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La segunda temporada de Andor llegó con todo a terminar de pavimentar el camino de la creación de la Alianza Rebelde y, bajo ese prisma, nos ha hecho testigos de uno de los peores eventos históricos de Star Wars: la masacre de Ghorman, un suceso que, inevitablemente, se transforma en un terrible punto de inflexión tanto para el Imperio como para la Rebelión.

Inicialmente parte de la mitología del Universo Expandido, ahora conocido como Legends, la masacre de Ghorman fue perpetuada por Grand Moff Tarkin en 18 ABY (dieciocho años antes de la Batalla de Yavin. Así se maneja la temporalidad de Star Wars, y es en Andor donde por primera vez se utiliza esta forma para retratar el paso del tiempo), cuando éste aplastó con su nave imperial a un grupo de manifestantes pacíficos que protestaban en la plaza de Palmo, capital planetaria de Ghorman, contra el bloqueo imperial.

En el nuevo canon, este evento se mantiene -con algunos cambios- pero es conocido como "la masacre de Tarkin", no siendo el único acto terrorista del Imperio contra el pueblo ghormano.

La actual masacre de Ghorman sucede en 2 ABY (dos años antes de la Batalla de Yavin, o sea, dieciséis años después de la masacre de Tarkin) y, además de ser un hecho terrible, es el catalizador para que Bail Organa y Mon Mothma -quien luego de su discurso contra el Emperador debe caer en la clandestinidad-, asuman definitivamente su futuro rebelde en el Senado Galáctico.

Oficialmente nombrada por primera vez en el episodio dieciocho de la tercera temporada de Star Wars: Rebels, la Masacre de Ghorman es un catalizador de eventos y punto de inflexión para ambas facciones.

Por un lado, muestra a la Galaxia la sobrerreacción del Imperio y deja en evidencia el poco respeto que tienen por cualquier forma de vida que se interponga a sus intereses, iniciando un genocidio prácticamente de la nada; por otro, al fin la Rebelión comprende que la resistencia debe ser directa, menos diplomática y unida en un solo frente, no con muchas células repartidas velando por sí mismas.

Andor no esconde la brutalidad de la represión imperial, entregando escenas de una violencia que poco se habían visto en la saga, evidenciando lo desigual que es la pelea.

Pero no solo la armada, sino que también la política y conceptual: luchar contra la maquinaria de propaganda imperial perfectamente engrasada es agotador, y hay que sacar ganas de alguna parte. Y esas ganas, la chispa que enciende la rebelión, también se fabrican. 

No solo el Imperio es capaz de crear y utilizar el caos a su favor. Ya lo vimos en Aldhani en la primera temporada, con Luthen Rael como el titiritero a cargo de los rebeldes. Las rebeliones se construyen con esperanza y ésta ya se encuentra sembrada en la galaxia. Es el momento de pasar a la acción, aunque eso signifique sacrificarlo todo. 

Está claro que ambas facciones son y serán capaces de hacer cosas innombrables para conseguir sus objetivos y, a pesar de que ya sabemos el final de estos, ver cómo se construyen desde el concepto hasta la implementación no deja de ser sorprendente y, curiosamente, similar a la realidad.

La segunda temporada de Andor concluirá con el estreno de sus episodios diez, once y doce el martes 13 de mayo, exclusivamente en Disney+.

 

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