
[Reseña] Andor - Segunda Temporada: La revolución no es para los cuerdos
La mejor serie de Star Wars no solo hace crecer a su primera temporada, sino que también a los eventos de Rogue One.
Hay una mezcla de sentimientos al encontrarnos con el regreso de Andor. Por un lado, la serie del universo de Star Wars llega en el momento perfecto con su relato coral de gente común tomando decisiones épicas para hacer frente al ejercicio abusivo del poder. Por el otro, es el desenlace de la historia, por lo que no habrá más episodios luego de esta segunda tanda de 12 capítulos.
Pese a ello, solo podemos celebrar que una serie como Andor exista, con su segunda temporada logrando hacer crecer su sólido primer ciclo y, de paso, elevando a una escala superior los sucesos de la película Rogue One, la cual veremos de una forma muy distinta tras el desenlace de esta serie.
SuperGeek ya pudo ver los 12 episodios de la segunda y última temporada de Andor, graduándose como la mejor serie de la era televisiva de Star Wars en Disney+.
Aunque sepamos cómo termina el relato del hombre convertido en líder de la Rebelión que interpreta magistralmente Diego Luna, la serie encabezada por Tony Gilroy nos recuerda que lo importante está en el viaje, en los eventos que llevaron hasta esa conclusión. Un hombre que no veía más allá de sí mismo para transformarse en alguien con una misión, con una causa gigantesca que puede conducir a grandes cambios.
En una era llena de peligros en cada esquina de la galaxia, personas y seres absolutamente normales logran involucrarse en una causa común contra del Imperio, naciendo así la Alianza Rebelde. El capitán Cassian Andor de Luna es tan solo una persona, pero es el alma y el hilo conductor de un relato coral que explora el nacimiento de una rebelión ante un Imperio que se creía inmaculado.
Con un relato dividido en cuatro arcos narrativos claramente definidos, entre los cuales transcurre un año, la historia retoma el viaje de Cassian como miembro activo de la rebelión contra el Imperio, mientras desde el Imperio buscan tomar acciones absolutas para lograr concretar un proyecto que no necesita mayor presentación: la Estrella de la Muerte.
La estructura narrativa funciona de forma impecable para el desarrollo de este viaje, ya que cada bloque de episodios entrega eventos determinantes y necesarios de presentar. Esto no solo respecto a Cassian, sino que también para la Alianza Rebelde y los señores del Imperio.
Al saber cómo termina la historia, la serie se libera de todo aquello y se mueve pensando en todo momento cómo hacer crecer aquel desenlace o los sucesos posteriores. Hay buenos y malos, pero dentro de cada facción también hay divisiones y choques. No hay movimientos sin fricciones internas y todas las decisiones tienen costos, con preguntas que llevan a respuestas espantosas.
¿El fin justifica los medios? Aquello resuena en todos los bandos, algunos con más fuerza e impacto que otros.
La serie también entrega varios hitos para la franquicia de Star Wars, demostrando que aquella época oscura bajo el régimen del Imperio podía ser aún más sombría. Hay naves, robots y criaturas de otros mundos, pero esta ficción es muy adulta y a cada momento nos recuerda los peligros de los sistemas totalitarios.
El control de la información, la manipulación propagandística, los planes sobre los planes, la justificación de sangrientas masacres. Andor no se anda con rodeos, entregando algunos de los momentos más dramáticos y desconsoladores que haya dado la franquicia. El reflejo con el mundo real no se puede evitar.
Cuando llegamos a su octavo episodio, el mejor de toda la serie, somos testigos de un suceso emblemático dentro de la historia de Star Wars. Sin música, sin dulcificar nada, se muestra lo implacable y sanguinario que puede ser un régimen totalitario para lograr su objetivo. Acá no hay chistes, estos Stormtroopers no fallan los disparos.
Nada de esto tendría el mismo impacto si no tuviéramos un elenco de primer nivel, comenzando por Luna, quien demuestra una versatilidad y una fuerza que supera lo presentado durante el primer ciclo. Realmente es el alma de la historia y, cuando nos despedimos de su personaje, ya no podemos verlo de la misma forma. Ahora es más que un hombre común, es un líder, un héroe, uno que deja un legado que él mismo desconoce. Revivir Rogue One tras terminar la serie es algo imperativo.
Sumemos a Stellan Skarsgård, Genevieve O'Reilly, Denise Gough, Kyle Soller, Adria Arjona, Faye Marsay, Varada Sethu, Elizabeth Dulau, Alan Tudyk, Ben Mendelsohn y Forest Whitaker, en el que quizás sea el mejor elenco de una historia moderna de Star Wars.
Bajo la dirección de Ariel Kleiman (1 al 6), Janus Metz (7 al 9, los mejores) y Alonso Ruizpalacios (10 al 12), con Tony Gilroy escribiendo los tres primeros episodios, Beau Willimon los episodios 4 al 6, Dan Gilroy los episodios 7 al 9 y Tom Bissell los episodios 10 al 12, todo funciona de forma impecable.
Un personaje dice fuertemente que "la revolución no es para los cuerdos". Eso es Andor, una serie que celebramos que exista, con personas que entendieron la misión y revolucionaron una narrativa que se creía que no podía entregar nada nuevo.
Aunque siga dependiendo de los eventos de la trilogía cinematográfica original creada por George Lucas, eso no impide que Andor sea lo mejor de la actual era de La Guerra de las Galaxias. Una serie gigantesca, adulta y muy entretenida, que llega en el momento exacto. La vara quedó muy alta.
La segunda temporada de Andor estrena este martes a las 21:00 horas de Chile exclusivamente en Disney+, con nuevos episodios todos los martes en el mismo horario.