[Reseña] Sandman | Temporada Final - Volumen 1: Agridulce inicio de la despedida
"Hermana mía, nunca fuimos amigos. Somos familia".
Sentimientos encontrados nos inundan al volver a entrar al reino de la Ensoñación. La espera por los nuevos episodios de la adaptación televisiva de Sandman ha concluido, pero estamos ante el principio del fin.
Este segundo ciclo será el último de la serie y la sensación de todo lo que pudo ser, y no será, envuelve a toda la historia de Sueño en un viaje de reconstrucción, crecimiento, redención y maduración.
Los primeros seis episodios de la temporada final, ya disponibles en Netflix, no dejan lugar a duda de que esto no será más que el viaje desde el punto de vista de la personificación antropomórfica de los sueños, con Morfeo, otro de los tantos nombres de Sueño, siendo el centro absoluto del relato.
El altísimo nivel alcanzado por esta primera tanda de episodios solo refuerza el sentimiento de que esto daba para múltiples temporadas de la fantasía madura y lírica creada por Neil Gaiman, Sam Kieth y Mike Dringenberg, que combinó mitología antigua y moderna con tremenda riqueza en la narrativa secuencial.
Aunque el equipo creativo de la serie, encabezado por el showrunner Allan Heinberg y el productor ejecutivo David S. Goyer, insistan en que todo se concibió de esta forma para que la serie fuera solamente la historia de Sueño de los Eternos, es imposible no pensar en que los planes cambiaron radicalmente en cuanto se conocieron las denuncias contra Gaiman, cocreador del cómic y productor ejecutivo de la serie, acusado de agresión y abuso sexual por al menos ocho mujeres.
Hay un claro enfoque en priorizar la adaptación de las historias centradas en Morfeo, desde Estación de Nieblas a Vidas Breves, por lo que celebrados relatos como Juego a ser tú o Ramadán están completamente ausentes. Otros, como El sueño de una noche de verano o La Canción de Orfeo, se transforman en extensos flashbacks. Todo en favor de que la serie se centre exclusivamente en Sueño y, viendo los resultados, funciona impecablemente en aquella tarea.
Tras los sucesos de la primera temporada que nos mostraron a Sueño (Tom Sturridge) recuperando su poder luego de estar prisionero por más de un siglo, el Amo de la Ensoñación sigue en la tarea de reconstruir su reino y reparar el daño causado por su ausencia. Pero retomar sus labores no será tan fácil luego de convocarse a una reunión familiar de los Eternos, encuentro que dará pie a una serie de dramáticos eventos en los que Sueño deberá afrontar los errores de su pasado y aprender el verdadero significado del destino y sus consecuencias.
Sturridge es una verdadera presencia cósmica, antigua y poderosa, en su interpretación de Sueño, perfeccionando su profunda y etérea voz y entregando una mayor tridimensionalidad al personaje gracias al foco narrativo. Al igual que los sueños, únicos en su clase, Morfeo se encuentra evolucionando y cambiando, aunque él mismo no sea consciente de aquello. El Sueño de esta temporada posee tantas capas que será imposible no conectar con él, siendo testigos de lo frágil que realmente puede ser un Eterno tanto a nivel cósmico como humano.
La serie de Warner Bros. Television para Netflix también expande la familia de los Eternos con tres importantes inclusiones, Adrian Lester como Destino, Barry Sloane como el Hijo Pródigo / Destrucción y Esmé Creed-Miles como Delirio, siendo esta última un verdadero oasis en medio del caos como la menor de los Eternos, moviéndose con gracia entre la dulzura y la sosería, dejando entrever lo rápido que todo puede quebrarse para ella y su entorno. Ilumina la pantalla cuando entra en escena, comprobando una vez más lo brillante del casting para esta serie.
Considerando que la historia original comenzó a publicarse en 1988 y extendió su serialización por la primera parte de la década de los 90, hay un inspirado trabajo del diseño de producción, vestuario y maquillaje en actualizar el estilo de los Eternos a los cánones modernos sin perder su identidad. Esto queda mejor demostrado en Delirio, sin los cambios de color de pelo y con una vestimenta igualmente extravagante y exquisitamente punk, cargada de guiños a su estilo de los cómics. Su entrada, dejando ver su heterocromía, es un punto alto de la serie, al igual que todas las escenas que comparte junto a Sueño.
Tanto visualmente como desde el diseño de producción, el resultado es una verdadera delicia televisiva que logra traspasar las sensaciones de cada reino al espectador. Gran decisión fue el no replicar el efecto de distorsión presente en la primera temporada, que buscaba reflejar la sensación de estar soñando, y preocuparse de maravillar e impresionar a la audiencia con un inspirado trabajo de producción en el que la iluminación es clave. Por lejos, la serie más bella del catálogo de Netflix.
La primera parte de la temporada final se divide en dos arcos claramente definidos, siendo la adaptación de los eventos de Vidas Breves tremendamente superior a la tanda de episodios centrada en Estación de Nieblas. Es que acá es donde la serie abraza el potente poder dramático y maduro de una saga sumamente inclusiva y amplia, donde todas las historias y mundos pueden entrar. Ese es el mayor mérito de Sandman, por lo cual es sumamente lamentable que esto termine con su segunda temporada.
De ahí que el sentimiento sea agridulce al iniciar este camino hacia el final de Sandman, porque esto daba para más, mucho más allá de la historia de Sueño, con infinitas historias de este universo de los Eternos.
El no continuar la saga se puede atribuir al cocreador caído en desgracia, pero al concluir esta primera parte de la última temporada solo queda la sensación de que esto no debería mantenerse solo en Sueño. Un universo tan rico merece seguir siendo explorado, más allá del nombre que manchó la historia.
El Volumen 1 de la temporada final de Sandman ya está disponible en Netflix, con su Volumen 2 llegando el próximo 24 de julio al streaming. Además, el capítulo especial Sandman Presenta - Muerte: El Alto Coste de la Vida se estrenará el 31 de julio en la plataforma.