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[Reseña] It - Bienvenidos a Derry: Horrores que perduran

Nuestros miedos más profundos vuelven a ser explorados en este viaje al pasado, donde Pennywise no es lo más aterrador.

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"Esto no es Estados Unidos, esto es Derry". Aquella es una frase que se escucha tempranamente en It: Bienvenidos a Derry (It: Welcome to Derry) y termina siendo una declaración que justifica la existencia de esta precuela. Puede desarrollarse en los años '60, pero hay monstruosidades que perduran en el tiempo y no tienen nada de sobrenatural.

Derry, aquel maldito pueblo del estado de Maine que nació de las letras de Stephen King, saca nuestros peores miedos y los vuelve en nuestra contra, pero eso no es más espeluznante que los horrores absolutamente terrenales que vemos entre sus habitantes. Racismo, discriminación, violencia, abusos, autoritarismo, donde los niños siempre son las mayores víctimas. Pennywise no es lo más aterrador, sino el horror palpable y real que encierra Derry, uno que observamos a diario en un mundo que no parece enderezar el rumbo. Tal como el como el ciclo de violencia que se repite cada 27 años, todo vuelve a comenzar.

No resultaba tarea fácil expandir el mundo de It (Eso) creado por King en la novela homónima, pues la historia parecía haberse contado completa con las dos películas de 2017 y 2019, además de la miniserie de 1990 protagonizada por Tim Curry. Tras encabezar las más recientes adaptaciones de It, Andy Muschietti y su hermana Barbara Muschietti, junto a Jason Fuchs, vieron una oportunidad en la exploración del pasado de Derry. "Eso" ha vivido por mucho tiempo y, cada 27 años, hay dos acontecimientos catastróficos que marcan a su ciclo. Aquello es narrado en los interludios de la novela, correspondientes a la investigación de Mike Hanlon, el último miembro en sumarse al Club de los Perdedores y el único que se quedó en Derry tras los eventos de la primera mitad del libro de King.

Había potencial y no se desaprovechó, construyendo y expandiendo la mitología de "Eso" a partir de esos momentos en el tiempo. Son tan solo la excusa para una historia en reversa sobre niños y adultos atrapados entre horrores muy terrenales, donde lo sobrenatural es tan solo el potenciador del mal existente entre las personas.

Con Fuchs y Brad Caleb Kane (Tokyo Vice, Warrior) compartiendo labores como showrunners, la serie comienza en 1962. El temor a la Guerra Fría y el racismo reinante dominan a la sociedad, transformando todo en el escenario perfecto para que inicie un nuevo ciclo de Pennywise. Hay algunos saltos al pasado, pero el desarrollo central está en 1962, como un relato coral donde los protagonistas no necesariamente serán aquellos que el espectador cree. Es que todo parte muy similar en tono y enfoque a las películas de 2017 y 2019, cuya visión es la que se expande con esta serie, para luego tomar un brusco y violento giro, declarando sanguinariamente que esto no será como lo esperan.

En SuperGeek ya vimos los primeros cinco episodios de la serie, donde sale airosa en su expansión de la mitología gracias a las ansiedades actuales y sus múltiples miradas, apoyándose en perturbadoras secuencias que amplifican nuestros mayores miedos. Los eventos en la sala de cine con un inquietante giro a "Ya got trouble", del musical The Music Man de 1962, y la escena que involucra a una monstruosa cama deben estar entre lo mejor que haya entregado el mundo de It, y aún nos quedan tres capítulos por ver.

Todo se sustenta en un gran elenco, especialmente en lo que respecta a los más jóvenes, que logra capturar el tenso espíritu de una historia en la que los horrores, externos, domésticos o sobrenaturales, quiebran nuestras propias seguridades. Amanda Christine y Clara Stack, como Ronnie y Lilly, sobresalen en esta tarea como dos niñas a las que la vida ha golpeado demasiado, siendo testigos de mayores atrocidades que las provocadas por "Eso". En el lado adulto, Chris Chalk destaca con su Dick Halloran -sí, de El Resplandor- que adquiere un mayor protagonismo gracias a su habilidad, viendo los beneficios de explotar su poder y los costos que acarrearán.

El elenco resulta tan atractivo que la serie no necesita recurrir inmediatamente a Pennywise para sustentarse, aunque su maligna presencia envuelve a toda la historia, pues "Eso" puede tomar muchas formas. Se hace esperar y, cuando finalmente nos reencontramos con el payaso bailarín, Bill Skarsgård demuestra por qué nació para este rol.

Donde flaquea la serie es en el exceso de efecto visuales, algo que ya ocurrió en las películas, por sobre los efectos prácticos, impidiendo que algunas secuencias logren el impacto deseado. No se aprendió la lección de que menos, es más. Junto con ello, la historia no consigue resultados tan sólidos cuando entra en terreno de la fantasía y, pese a que no lo necesita, cae en las casualidades para resolver ciertos momentos. Debilidades que no impactan necesariamente al resultado final de la serie, pero sí la hace tropezar cuando no debería.

It: Bienvenidos a Derry es una bienvenida y justificada expansión del horror en forma de payaso siniestro que aterroriza al maldito pueblo de Maine, donde lo más escalofriante siempre serán las monstruosidades nada de sobrenaturales que perduran en el tiempo. Pennywise es tan solo el mal externo que saca a relucir aquellos horrores.

It: Bienvenidos a Derry se estrena este 26 de octubre en HBO Max, con nuevos episodios cada domingo en el streaming.

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