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Quino y el humor que siempre nos llevó a la reflexión

El padre de "Mafalda" sigue vivo en sus libros, en una obra universal que nos hace ver la vida desde otros ángulos, sin perder jamás la risa.

Los homenajes a Quino este miércoles han inundado las redes sociales y los medios, celebrando la vida y obra del mendocino que entregó al mundo su creación más famosa, "Mafalda".

Revisando estos tributos, uno muy minimalista reflejó de mejor manera lo que fue el trabajo realizado por Joaquín Salvador Lavado Tejón en las viñetas.

  • "Se ha muerto".
  • "No. Sigue vivo en este libro".

Este homenaje de 72kilos nos recuerda que el historietista argentino es eterno en sus tiras, las cuales siempre nos dejaban algo, un humor que nos llevaba a reflexionar sobre la vida y todo lo que la rodea. Esto, por supuesto, sin perder la risa jamás.

Muchos conocimos a Quino con "Mafalda", algo que es inevitable considerando lo universal del personaje, una niña de seis años, contestataria, un ícono. A través de los ojos de ella y los niños que la rodeaban, veíamos con mucha ironía el mundo de los adultos y aprendimos, aprendimos mucho. No sólo reflexionábamos, sino que muchos empezaron a leer con las tiras de esta niña que, en palabras del creador, "intenta resolver el dilema de quiénes son los buenos y quiénes los malos en este mundo".

Lo que veíamos en "Mafalda" era un reflejo de la "clase mediaestúpida", como decía ella. "El espejo de la clase media y de la juventud progresista", decía Quino.

Era imposible no sentirse reflejado de alguna manera en estas viñetas, que pese a ser realizadas en este rincón del mundo, terminaron siendo universales. No sólo eran un reflejo de la sociedad argentina, eran también de la chilena, la europea, la que sea.

Aún así, el historietista argentino siente que muchos no hemos aprendido la lección leyendo todas las tiras de "Mafalda". Durante su paso por Chile en 2015, reconoció estar sorprendido por el éxito de su personaje.

"Es un fenómeno que nunca me esperé y, de una manera consciente y otra inconsciente, he creado un personaje que habla de problemas que nos atañen a todos y que sigo sin entender por qué no cuidamos este planeta, por qué no cuidamos más la convivencia. Somos gente no muy sana mentalmente, esperamos ir mejorando poquito a poquito", dijo en aquella oportunidad.

Quino era el más universal de los humoristas gráficos y con "Mafalda" tuvo un impacto tan grande, tan enorme, que terminó eclipsando todo lo que vino después.

Sí, pese a que vinculamos de inmediato a Quino con la pequeña niña, sólo fue publicada entre 1964 y 1973. Después siguió con su humor punzante, incluso superior, revisando absolutamente todo, como la política, la vejez, las desigualdades.

La visión de mundo que tenía Quino era fantástica, porque lo entendía todo. Podía ser cruel, ácido y aún así hacer reír, llevándonos a reflexionar sobre lo que veíamos y nuestra sociedad que tanto no ha cambiado con los años. 

Puedes poner a nuevas generaciones frente a estas tiras y seguirán siendo bien recibidas.

El trazo de Quino vive por siempre no sólo por lo universal de su obra, sino que porque habló de temas eternos.