
De "no soy na material..." a "las Calilas": Estos son los virales chilenos favoritos
Según el Estudio 5C de Cadem.
Hay frases que se quedan pegadas en la cabeza como stickers en el refrigerador, y si son chilenas, tanto mejor. El último Estudio 5C de Cadem se metió de lleno en la memoria colectiva digital del país para responder una pregunta que realmente nadie se hizo, pero todos querían saber: ¿cuál es el mejor viral chileno de la historia?.
El primer lugar lo obtuvo una joya del deslengue nacional y que trata de una entrevista a una mujer en plena diálisis que, ante un operativo de seguridad por aviso de bomba, lanzó la frase inmortal “no soy na’ material de los hueones”. Con un 14% de las preferencias, este viral se impuso por su autenticidad brutal y por representar ese espíritu chileno que no se deja intimidar ni por carabineros ni por protocolos. Y empatado en porcentaje aparece otro clásico que aún resuena en nuestras mentes y que se conoce como “Las Calilas y las Mojo Jojo”, el relato vecinal de María Elena Garay que transformó un conflicto doméstico en una pieza de comedia involuntaria digna de archivo y que incluso gracias a la IA hemos escuchado versiones en varios idiomas.
El Zafrada también se cuela en el podio, con su relato post-terremoto desde Iloca en 2010. Víctor Díaz, entonces un niño de ocho años, se convirtió en símbolo de resiliencia y ternura nacional al confundir “frazadas” con “zafradas”, en una entrevista que marcó a toda una generación. Y si hablamos de frases que se viralizan por su simpleza, “Un manjars” se lleva el premio a la celebración más honesta de la mezcla entre vino tinto y bebida cola. Porque sí, en Chile hasta el copete tiene narrativa.
El estudio incluyó 15 virales en total, algunos con más de dos décadas de circulación, lo que demuestra que el archivo emocional de internet no se borra con el tiempo. Desde el “Adiós tía Paty” hasta el “Papá bájame”, pasando por el “Niño Poeta” y el “Chuña”, cada uno representa una capa distinta de la cultura digital chilena: la que se ríe, la que sobrevive, la que improvisa y la que convierte lo cotidiano en contenido.
Lo interesante es que este ranking no solo mide popularidad, sino permanencia. Son virales que siguen apareciendo en memes, reels, TikToks y hasta en campañas publicitarias. Son parte del lenguaje, del imaginario y del humor local. Y aunque el algoritmo cambie, hay cosas que simplemente no se olvidan.