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Jackass aterrizó con todo en Wrestlemania para humillar a Sami Zayn

Johnny Knoxville usó una ratonera gigante para quedarse con el triunfo.

Wrestlemania da para todo y lo sabemos. Por eso cuando comenzó el feudo entre Johnny Knoxville, la estrella de Jackass, y Sami Zayn, todos comenzaron a imaginar que eso iba derecho al máximo evento de la lucha libre, lo que trajo un sinnúmero de críticas a la decisión de la WWE.

Sin embargo, lo que se vio en la segunda noche de Wrestlemania 38 en Dallas, Texas, estuvo lejos de ser un fiasco por más que fuera un lucha de relleno. Sí, porque lo que brindaron Zayn y Knoxville fue sencillamente maestro para cautivar no solo al respetable presente en el AT&T Stadium, sino que también a todos los que lo vimos por la televisión.

Porque al no ser un luchador y estar muy lejos de serlo, Johnny Knoxville recurrió inteligentemente a lo mejor que domina y varios de los trucos que vimos tanto en la serie como en sus películas estuvieron presentes en el ring gracias a la estipulación que no permitía una descalificación por utilizarlos.

Es cierto que Sami dominó gran parte de la lucha y claro que tenía que ser así, porque a pesar de que esto es un espectáculo no hay que olvidar que se trata de lucha libre. Knoxville hizo lo suyo en dicha parte ya que recibió estoicamente cada una de las movidas y golpes de Zayn y cuando estuvo a punto de sucumbir, aparecieron sus socios de siempre para salvarlo de la derrota.

Pero su equipo no solo hizo eso sino que además fueron los encargados de llevar a Sami Zayn al mundo de Jackass teniendo que soportar los bailes de Chris Pontius como “Party Boy” y también una ensalada de golpes de Wee Man, eso unido a algunos trucos clásicos de la serie.

Y justamente uno de esos sirvió para que Knoxville se quedara con un inesperado triunfo merced a un humillante truco que incluyó una trampa gigante para ratones, la que fue activada para dejar atrapado a Sami Zayn (no sin antes recibir el golpe del fierro cual rata) quien inmovilizado no pudo hacer nada para detener el conteo.

Una lucha muy entretenida que de seguro le significará quedar como uno de los momentos más bizarros dentro de Wrestlemania no solo de esta versión número treinta y ocho, sino que también de toda su historia.