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[Análisis] Galaxy Z Fold 3: Avanzando sin contrapeso

Probamos el nuevo plegable de Samsung y esto nos pareció.

Suele ser bastante complejo el revisar un teléfono plegable principalmente porque no tenemos un punto de comparación al ser una categoría prácticamente inexistente no solo en nuestro país, sino que en el mundo entero. Es por eso que tenemos que enfocar la revisión de este nuevo Galaxy Z Fold 3 en la comparación con la versión anterior.

Y vaya que hay diferencias, partiendo por lo robusto del dispositivo que hace que desaparezca bastante ese miedo a que en cualquier momento puede romperse. Aquí lo primero que destaca es la pantalla interna (cuando el equipo está desplegado), la que ahora está hecha de un vidrio flexible que sin duda alguna le entrega una mayor protección.

Este mismo material hace también que ahora no se marque tanto el doblez que queda en la pantalla central, quizás una de las mayores críticas a este modelo. Es tan así que es fácil olvidar que está ahí porque sencillamente no molesta y hay que esforzarse más de la cuenta para notarla. Ah, estirada llega a las 7.6 pulgadas y cuenta con tasa de refresco de 120Hz, además de entregar una resolución de 1768 x 2208, compatibilidad con contenido HDR10+ y brillo máximo de 1200 nits.

Otra de las novedades (y de esas bien grandes) que tiene este plegable es que incluye la primera cámara bajo la pantalla y si bien alguien podría pensar que es discreta en cuanto a fotografía (4MP), la realidad es que aquí lo que cuenta es la alta tecnología que le imprimió Samsung a ella.

La forma de trabajar no es sencilla pero sí clara de explicar: cuando la necesitamos aparece y cuando no, se mimetiza con el contenido que estemos viendo. Los quisquillosos podrán decir que igual se nota, pero en serio, eso da absolutamente lo mismo.

Por último, esta renovada pantalla permite por primera vez la utilización de un S Pen, algo que se hace muy necesario si se piensa en el usuario al que está dirigido el equipo. Pero ojo que no es cualquier S Pen, sino que tiene que ser la edición especial para el Z Fold que cuenta con una punta más blanda para no dañar la pantalla.

Nosotros no pudimos probarlo pues no se incluye con el teléfono y Samsung no lo facilitó para pruebas. Cabe señalar que de querer utilizarlo, los usuarios tendrán que comprarlo aparte pues no está dentro del paquete inicial.

Los avances en la pantalla plegable no es el único hito alcanzado por la compañía surcoreana, ya que también logró lo impensado hasta hace un tiempo: resistencia al agua. Sí, porque desde este modelo, Samsung logró certificarlo con protección IPX8, lo que le permite sumergirse en hasta un metro de agua por espacio de treinta minutos como máximo. 

Como tenía que ser, nosotros lo probamos en esta función y lo cierto es que la marca no miente, puesto que el equipo no presentó ningún problema funcionando bajo el agua. Ahora la pregunta es para qué hacerlo, no hay mucha lógica, pero es algo que este teléfono puede hacer. Aclaramos que no cuenta con protección contra polvo, por eso la X en su sigla (IPX8).

Sobre la pantalla delantera (6.2 pulgadas cuando el equipo está plegado) no hay sorpresas porque Samsung se destaca en este ámbito y ahora no es la excepción. La diferencia mayor que tiene con la interior, aparte del porte, es que cuenta con protección Gorilla Glass Victus, por lo que el teléfono no sufrirá en el bolsillo. Y demás está decir que es completamente funcional tal como un smartphone común y corriente.

Las cámaras las saltamos porque no es el foco del equipo aunque obviamente no se encontrarán con imágenes de mala calidad ni nada parecido. Es un equipo gama alta y lo cumple a cabalidad tanto en fotografías como en grabación de video.

Para el final dejamos la experiencia de uso que es realmente notable. La multitarea se luce, los juegos corren a la perfección, la visualización de multimedia es excelente y el equipo no se achica ante nada. Y es que con la combinación del último procesador de Qualcomm, Snapdragon 888 y generosos 12GB de memoria RAM, no es mucho lo que pueda fallar.

¿Es el teléfono perfecto? Pues no y siempre hay espacio para mejorar empezando por la autonomía, la que llega justo al día de uso si es que no se le exige en demasía y no alcanza el día si combinamos uso común más una corta sesión de videojuegos.

Otra cosa tiene que ver con cierta subida de temperatura luego de un uso más exigente (otra vez los videojuegos) que detecté en el sector cercano al módulo de cámaras traseras pero nada muy grave que no se solucione vía actualización. Y también hago mención al hecho de que no puedas volver de una aplicación desde pantalla estirada a la pantalla delantera, lo que sí puede hacerse a la inversa.

Pero no mucho más y seguro pasa por lo que expliqué en el inicio; al no haber un punto de comparación es difícil encontrar algo malo. Sí es mucho mejor que el Z Fold 2 y mejor aún es que debiera llegar más barato que aquel modelo, pues en su presentación no superó los 1.5 millones de pesos chilenos. ¿Fechas para Chile? Pronto.