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[Reseña] Black Widow: Un one-shot que no puede escapar de la fórmula

Scarlett Johansson y Florence Pugh relucen en una película que debió llegar hace muchos años.

Un one-shot es una historieta independiente, un capítulo único que no requiere el leer una serie completa para poder entenderla. En el noveno arte estamos acostumbrados a la publicación de estas historias, algunas innecesarias, otras que sirven para llenar vacíos y varias que brillan por sí solas.

En el cine, concretamente en el Universo Cinematográfico de Marvel (MCU), "Black Widow" es justamente eso: un one-shot dentro de esa gran maquinaria donde todo está conectado.

Una precuela, en estricto rigor, al tener lugar entre los eventos de "Captain America: Civil War" y "Avengers: Infinity War".

La primera película protagonizada por la única mujer de la formación original de "Los Vengadores" es una pausa dentro de la gran narrativa, poniendo en el centro a una heroína que hace tiempo reclamaba protagonismo y cuyo adiós en "Endgame" dejó a muchos con una agridulce sensación.

Y tras una larga espera, que se extendió aún más a raíz de la pandemia, finalmente se salda una deuda con la famosa espía.

"Natasha", con Scarlett Johansson en su canción de despedida, permanece fugitiva tras romper los Acuerdos de Sokovia y se ve obligada a esconderse fuera de EE.UU. Su aislamiento termina cuando su pasado golpea la puerta, volviendo a reunirse con "Yelena" (Florence Pugh), su "hermana" y otra "viuda", quien logró escapar del control mental de la "Sala Roja".

Al descubrir que su líder "Dreykov" (Ray Winstone) sigue vivo y que está manejando la "Sala Roja", con otras "viudas" bajo su control, "Natasha" buscará eliminarlo, pero para ello deberá juntar a los miembros de su primera "familia" nada de convencional.

Más cercana a las películas de "Bourne" que a la franquicia de "James Bond", aunque los guiños a esta última no faltan, la historia entra en terreno del thriller de espionaje para revisar parte del pasado de un personaje que nunca tuvo el tiempo para desarrollarse cuando estaba rodeada por sus compañeros "Vengadores". Y al mismo tiempo, es una película sobre las complicadas relaciones de familia y la importancia de ésta, aún cuando no se comparta ningún lazo sanguíneo.

La directora Cate Shortland (Lore, Berlin Syndrome) decide dar el tiempo para permitir las reconexiones entre los personajes separados y son aquellos momentos los que finalmente sobresalen, reluciendo la química entre Johansson y Pugh. La secuencia en la que "Yelena" se burla de la pose de heroína de "Natasha" saca aplausos.

Y cuando vemos a la familia reunida, con "Alexei" (David Harbour), un viejo y entrañable supersoldado que vive añorando los días de gloria como "Red Guardian", y "Melina" (Rachel Weisz), espía y científica que intenta esconder sus sentimientos detrás de una dura capa, la dinámica funciona tan bien que no nos importan los extraños acentos rusos. Sí nos importa lo que suceda con ellos.

Este sólido elenco de personajes es una de las fortalezas de esta aventura en solitario de "Natasha", pero el foco nunca está completamente en ella, pese a ser su momento para brillar.

La película trata de ser distinta desde esa gran secuencia inicial que da un tono más serio a la historia y la exploración de temas que no son realmente sinónimos del género de superhéroes, como el abuso, el trauma y la explotación femenina -un personaje trata a las mujeres como "basura reciclada"-, todo esto se termina perdiendo al no poder escapar de la fórmula en su último tercio, cargado a las toneladas de destrucción y a la rutina a la que ya nos tiene (mal) acostumbrados Marvel Studios, incluyendo el respectivo enfrentamiento final con el villano de turno y un infaltable guiño para lo que vendrá con cierto personaje.

Y en los enemigos, nuevamente se repite una tendencia negativa de las películas de Marvel. "Dreykov" es un villano desabrido que se olvida rápido, mientras que el giro que se entrega al implacable "Taskmaster", quien realmente se siente como una amenaza de cuidado cuando entra en acción, dividirá a los fans del personaje creado por David Michelinie y George Pérez.

"Natasha" no necesita probar nada a nadie a esta altura, se ganó su lugar hace tiempo, pero la última película de Johansson con el personaje no ayuda a borrar la sensación amarga que dejó su adiós en "Endgame".

Esto no es culpa de la pandemia, sino de la tardanza en darle su propia aventura en solitario, pero las postergaciones lo hicieron notar aún más. Ella ya no es parte del futuro del universo, se pasa el testigo. La película sólo incrementa la noción de que "Nat" merecía un adiós a la altura.

"Black Widow" entra sin problemas dentro de la actual tendencia de la Fase 4, que presenta historias independientes, one-shots, que no son realmente esenciales dentro de la gran narrativa, pero que dejan una que otra miga para las futuras entregas del MCU.

Con elementos del thriller de espionaje e importantes dosis de acción, acá hay protagonistas que importan y se da el tiempo para explorarlos, pero la fórmula impera e inevitablemente termina cayendo en los lugares comunes que evitan que la canción de despedida de "Natasha" sea realmente gratificante.

"Black Widow" se estrena este jueves en los cines que estén abiertos y este viernes en la plataforma de streaming Disney+ con Premier Access, por lo que hay que pagar un costo extra que llega a los 12.990 pesos chilenos. Recién se liberará a todos los suscriptores, sin cargo adicional, el 25 de agosto de este 2021.

Y también hay una escena al final de los créditos, así que no se vayan del cine… o no apaguen su televisor o dispositivo en que estén viendo la película. Ya hablaremos de esa secuencia post-créditos.