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[Reseña] La Liga de la Justicia de Zack Snyder, para bien y para mal

El Snyder Cut es muy superior a lo que se vio en 2017, pero los excesos del director siguen empañando el resultado final.

El 18 de marzo fue el día que muchos pensaron que jamás llegaría.

Esa fue la jornada en la que vio la luz "La Liga de la Justicia de Zack Snyder" (Zack Snyder's Justice League), cumpliendo el sueño de una legión de fans que vieron cómo su misión se cumplió: que la visión que tenía el director para los héroes de DC Comics llegara a todos. ¡Aleluya!

Es imposible hablar del Snyder Cut, como se terminó denominando incluso antes de ser oficializado, sin antes repasar la historia que nos llevó hasta este momento. En mayo de 2017, Zack Snyder decidió abandonar la silla del director a raíz de una tragedia familiar, alejándose del proyecto junto a su esposa y productora Deborah Snyder.

Todo en medio de la pérdida de confianza del estudio en la visión que impulsaba el director, el arquitecto del Universo Extendido de DC (DCEU), justificados especialmente en los malos resultados que tuvo "Batman v. Superman" con las críticas y que el esperado encuentro cinematográfico entre dos de los más importantes superhéroes de la historia no lograra superar los 1.000 millones de dólares de recaudación.

Es acá cuando entra Joss Whedon, quien parecía ser la carta ganadora tras encabezar las dos primeras películas de los "Avengers" para Marvel Studios. Cumpliendo con las demandas de los ejecutivos, el director no terminó lo que hizo Snyder. En vez de eso, reescribió, volvió a filmar, eliminó y agregó escenas. El resultado terminó siendo un fracaso en 2017. El estudio quería un éxito de 1.000 millones de dólares y terminó perdiendo dinero al recaudar 657 millones -costó cerca de 300 millones, sin contar los 100 a 150 millones en costos de marketing-, mientras los fans, entendiendo que no se respetó la visión del director original, crearon un movimiento que iba creciendo día a día y que exigía la liberación del corte de Snyder. Y fueron escuchados.

El #ReleaseTheSnyderCut triunfó y Snyder volvió a terminar su proyecto, casi como una experiencia liberadora luego de la tragedia. Todo mientras los ejecutivos veían acá una manera de darle necesaria atención a su plataforma de streaming HBO Max. No lo olviden nunca: todo siempre es un negocio. Tanta fue la demanda, que terminó teniendo un estreno digital mundial.

El resultado es una película de cuatro horas -242 minutos y ocho segundos, para ser exactos, sumando los créditos- que entrega a los fans todo aquello que les fue negado. Realmente es muy difícil que los que pedían esta versión caigan en la decepción, pues posee todo lo que quisieron ver. Contando con control creativo y alrededor de 70 millones de dólares, Snyder no sólo estaba completando su visión, también quería cumplir con el movimiento que impulsó el Snyder Cut, regalándole guiños, referencias y nuevas escenas para que sientan que todo valió la pena.

Siendo alguien que igualmente disfrutó la versión cinematográfica de 2017 en el momento de su estreno, presentando un nuevo amanecer y con una historia más simple, dos cucharadas, y a la papa; hay que reconocer no resiste bien el paso del tiempo. De seguro, muchos ni la consideran imprescindible en la colección.

Ahora, cerrado el viaje de cuatro horas del Snyder Cut, más allá del formato 4:3 destinado a las pantallas IMAX, uno sabe que lo que vio es muy superior a lo que se presentó en los cines en 2017, partiendo por no aburrirse a lo largo de cuatro horas y con una propuesta increíblemente más luminosa de lo que uno podría haber esperado, considerando los antecentes cinematográficos del director.

Esto sigue siendo un nuevo amanecer, con Snyder y todo su equipo llevándonos de regreso a la era de los héroes de luz. Hay mucho optimismo, siendo un completo contraste con el aura negativa que marcó a toda "BvS". Incluso los chistes siguen ahí, aunque por suerte no está el de "Flash" de Ezra Miller cayendo sobre el pecho de la "Wonder Woman" de Gal Gadot.

Tanto la película de 2017 como el Snyder Cut mantienen la misma base, desde "Batman" reclutando a los héroes hasta la búsqueda de las Cajas Madre -estos siguen siendo los Macguffins de turno-, y ambas terminan compartiendo más escenas de las que se esperaban, siendo el ejercicio comparativo lo más fascinante de esta nueva versión. Es que es impresionante ver cómo se masacró lo que hizo Snyder y ver todas las oportunidades desperdiciadas. Hay mucho que debió haber llegado a la pantalla grande, pero en vez de eso tuvimos el horrible borrado digital del bigote de Henry Cavill.

Ahora, "Flash" realmente es importante y sigue siendo de lo mejor del equipo con esa actitud que mezcla algo de "Wally West" con un toque de "Bart Allen"; "Cyborg" (Ray Fisher) finalmente tiene una historia y sabemos quién es "Victor Stone"; "Superman" nos regala un bellísimo momento cuando vuelve a emprender el vuelo; y nos presentan a "Darkseid" (Ray Porter), creación de Jack Kirby que realmente hace sentir su presencia. Él siempre debió estar.

Pero al ser una película encabezada por Snyder, con escenas realmente bellas de ver, son sus propios excesos los que terminan opacando el resultado final.

Sólo basta ver la primera secuencia que protagoniza "Wonder Woman". La amazona arrasa con unos terroristas, dejando a uno convertido en polvo -literal- y a otro en un charco de sangre tras reventar su cabeza contra un muro. Un problema de caracterización enorme, contrastando con quien es la emisora y embajadora de Themyscira encargada de llevar la paz al mundo exterior. Esto se vuelve más complicado cuando una niña le dice a "Diana" que quiere ser como ella cuando grande y le responde que "serás lo que quieras". Una escena que funcionaría si no fuera por todos esos cadáveres que dejó ahí mismo. Básicamente, no era el momento para eso.

Además, a estas cuatro horas se pudo haber aplicado la tijera para entregar algo muchísimo más redondo. Snyder sabía que no tenía restricciones, así que ocupó todas esas escenas que tenía en su plan original, sin discriminar, incluyendo "Vísur Vatnsenda-Rósu" cantada por un grupo de mujeres islandesas para despedir a "Aquaman/Arthur Curry" (Jason Momoa) mientras una de ellas huele el sweater que dejó atrás. Un momento muy incómodo y extraño, como el de "Barry" y esa salchicha tan bien renderizada durante el rescate de "Iris" (Kiersey Clemons).

Otro aspecto negativo termina siendo también la incorporación de otro clásico héroe y que éste no sea relevante para la trama, más allá de dar el gusto a quienes queríamos verlo en pantalla. Es impresionante lo desaprovechado que está aquel querido personaje.

El otro afectado nuevamente es "Steppenwolf" (Ciarán Hinds), quien se presenta como un villano muchísimo más amenazante que lo mostrado en 2017, pero que es opacado absolutamente en el momento en que "Darkseid" entra en escena. Lo que es peor: nunca sentimos, como espectador, que el mundo esté en verdadero peligro.

Y más adelante saltamos al nulo dilema ético de los héroes al intentar revivir al Hombre de Acero. Ni respeto hay por su ataúd. Son estos elementos los que hacen notar que no sólo se debió aplicar la tijera en varias oportunidades, sino que también aprovechar la valiosa ocasión para mejorar estos aspectos con una necesaria revisión del guión.

Sumemos a ello lo que pasa con el eterno epílogo. La escena de "pesadilla" es absolutamente innecesaria y el cameo final tiene a dos personajes teniendo una nula interacción. Todo eso forma parte de unos planes que probablemente nunca vean la luz. Al final, sólo le dan fuerza al movimiento que quiere restaurar el "SnyderVerse", pero argumentalmente no aportan nada a lo que vimos durante esas cuatro horas.

Y aún así, con los aspectos negativos mencionados, el conjunto sigue siendo mejor que lo visto en 2017. Misión cumplida para el propio realizador, y también para los fans que impulsaron el movimiento.

Esta sí es "La Liga de la Justicia de Zack Snyder", con lo bueno y malo que ello implica.

"Zack Snyder's Justice League" está disponible en arriendo digital hasta el 7 de abril en varias plataformas en Chile; más adelante, la única manera de acceder a ella, de forma legal, será con la llegada de HBO Max a Latinoamérica en junio.