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[Reseña] "Spider-Man: No Way Home" nos entrega al héroe que el MCU se merece

Pese a lo sobrecargado de su propuesta, la última aventura del "Spidey" de Tom Holland es un viaje lleno de cariño y respeto por la mitología del héroe.

Hay varios sentimientos que se cruzan una vez que aparecen los créditos de "Spider-Man: No Way Home" (Sin Camino a Casa), pero el más importante es el valorar que, por fin, aquel gigantesco universo que conocemos como MCU entregó una historia que puso al centro a "Peter Parker" y su mitología.

No más un secundario, no más un personaje que trabaja para alguien más o que se encuentra en una misión ajena. Esta es una aventura del trepamuros como nunca se había visto en el Universo Cinematográfico del Marvel, aunque tuvieran que pasar cinco películas para que llegara este momento.

El otro sentimiento predominante al terminar la función es la bienvenida sorpresa, porque ante las enormes expectativas y lo sobrecargado de su propuesta, la película encabezada por el director Jon Watts (Homecoming, Far From Home) logra su cometido con bastantes méritos.

No importa si conocían los detalles de antemano, van a sorprenderse igual y se emocionarán en más de una oportunidad.

La revelación de la identidad secreta de "Peter Parker" (Tom Holland) convierte su vida en un caos, impactando también a sus seres queridos. Esta desastrosa situación lleva al joven héroe a recurrir al "Doctor Strange" (Benedict Cumberbatch), para que lo ayude a borrar todo lo ocurrido.

Pero al intentar que todo el mundo olvide que "Peter" es "Spider-Man", el hechizo es arruinado y se quiebra la estabilidad espacio-tiempo, abriendo la puerta a "visitantes de todos los universos", incluyendo al "Duende Verde" de Willem Dafoe, el "Otto Octavius" de Alfred Molina y el "Sandman" de Thomas Haden Church, pertenecientes a la trilogía de Sam Raimi; y el "Electro" de Jamie Foxx y el "Lagarto" de Rhys Ifans, que vienen del universo de "The Amazing Spider-Man".

La posibilidad de tropezar con fuerza estaba ahí, muy latente, pero la gran cantidad de personajes y villanos, su extensión -alrededor de dos horas y media- y su alta apuesta no evitan que estemos ante una de las mejores entregas cinematográficas del vecino amistoso, aunque los primeros puestos sigan perteneciendo a "Spider-Man 2" y "Spider-Man: Into the Spider-Verse".

La ambición también juega en contra, porque la idea de multiverso que se presenta en esta aventura no llega a ser explorado de la forma en la que vimos, por ejemplo, en "Into the Spider-Verse". Más bien, es un esbozo de algo mayor, evitando ahondar más y sintiéndose más una excusa para justificar la trama.

La segunda mitad de la película es muy superior a su primer tramo marcado por la repetición de ideas y temas, llevando a considerar que su extensa duración era innecesaria. Sin embargo, la recompensa final es sumamente satisfactoria y algunas secuencias, especialmente aquella que involucra a la "Dimensión Espejo", son alucinantes. Y da gusto ver Molina como "Octavius" y a Dafoe como "Osborn", considerando que el MCU no tiene los mejores antecedentes con sus villanos. Su participación se justifica y para bien, en el gran contexto de la historia.

Pese a todo lo que ocurre a lo largo de la película, "Peter" jamás deja de ser el protagonista. Es el héroe de la historia, todo el relato gira en torno a él y ni siquiera la aparición de "Strange" logra opacar su protagonismo. La decisión de centrar los secundarios en "MJ" (Zendaya) y "Ned" (Jacob Batalon) es sumamente acertada, más aún el darle un mayor rol a "May" (Marisa Tomei), evitando que sean solo elementos de fondo. Ellos importan.

Holland finalmente se gana el traje en su mejor "Peter Parker/Spider-Man" a la fecha, en un relato que expresa un cariño y respeto por una mitología que nunca fue desarrollada como corresponde en el gran universo del MCU, donde una emblemática frase como "un gran poder conlleva una gran responsabilidad" estuvo muy ausente.

Este viaje de "Parker" consiste en comprender aquellas palabras, abrazarlas y entender su peso. El camino está lleno de importantes decisiones que traen enormes consecuencias y muchas veces una victoria puede significar gigantescos sacrificios.

Lo que hace querer tanto a "Spidey" es que no importa cuánto dolor y penurias tenga que pasar en su recorrido heroico, él siempre se levantará y nunca dejará de priorizar a los demás. Que esto finalmente se entienda en el MCU, eleva a la encarnación del "Hombre Araña" de Holland.

Esta historia nos recuerda por qué "Spider-Man" es el personaje más querido de Marvel Comics. Es un espectáculo, pero uno que nos entrega al trepamuros que el MCU se merece.

"Spider-Man: Sin Camino a Casa" ya está en los cines, a los cuales puedes ingresar con tu pase de movilidad habilitado.