[Reseña] The Last of Us | Temporada II - Episodio 6: Un cruel y conmovedor oasis
"Cierra los ojos, valdrá la pena".
Tras el "Hola, pequeña" del episodio pasado, no estábamos preparados para el carrusel de emociones que iba a traer el penúltimo capítulo de la segunda temporada de The Last of Us.
El regreso de Pedro Pascal como Joel nos entrega el mejor episodio del actual ciclo, con el espectador recibiendo un gigantesco y doloroso golpe al dar cuenta que su personaje ya no estará presente físicamente en la historia postapocalíptica. Su trabajo es sobresaliente y, pese a tener una menor aparición en la serie, logra una actuación tremendamente superior a la de la anterior temporada gracias a la exploración dramática que no pudo permitir el videojuego de Naughty Dog.
Desde el equipo entienden lo clave que es este episodio para la narrativa, tanto futura como pasada, y pusieron todos sus esfuerzos en conseguir un resultado que logre traspasar al espectador la intensidad emocional que vive Joel y Ellie (Bella Ramsey) en este capítulo. Y lo lograron, con creces, llegando a imponerse a lo que vimos en el videojuego.
Adaptar no es copiar lo ya visto, sino equilibrar el material original con la autenticidad que te entrega este nuevo medio para fortalecer lo que puede ser potenciado. Lo que no esperábamos era que el resultado fuese tan sólido como para hacernos sentir tan cerca las emociones que expresan Joel y Ellie en este capítulo.
El episodio dirigido por Neil Druckmann, quien lideró el desarrollo del videojuego como escritor y director creativo en Naughty Dog, nos lleva a revivir los cumpleaños de Ellie desde que llegara con Joel a la comunidad de Jackson, desde la guitarra restaurada que recibió de regalo de Joel -con canto incluido- hasta el "viaje espacial", pasando por dolorosos momentos que hacen comprender que la joven siempre supo la verdad detrás de la promesa de su figura paterna. Jamás se debe menospreciar a los jóvenes.
Con este capítulo escrito por Druckmann, Craig Mazin y Halley Gross, felicidad y sonrisas rápidamente se transforman en desdicha, en memorias agridulces. Los recuerdos cargados de dolor, a su vez, pueden llegar a ser nostálgicos en un mundo que apenas nos permite expresar alguna emoción cuando todo parece oscuro.
Lo que hay acá es un viaje de arrepentimientos que viene desde mucho antes que se desatara la infección fúngica que arrasó con la humanidad, donde siempre esperamos que nuestros hijos o la generación siguiente sea un poco mejor que uno. Quizás hoy no lo entendamos, pero siempre llegará ese día. Joel y Ellie no podrán tener un lazo sanguíneo, pero lo que los une es tan poderoso que apenas puede expresarse en palabras. Y eso llevará a nuestra protagonista a seguir un violento camino sin vuelta atrás que solo traerá más dolor.
Fue acertado el dejar para ahora este episodio, el penúltimo de la temporada, porque este repaso de los diferentes momentos en la vida de padre e hija de los últimos cinco años deja clarísimo el panorama previo y posterior de las acciones de Ellie en Seattle en búsqueda de venganza.
En su mente, es justicia, pero no podemos mentirnos para siempre cuando nos ciega la tristeza.
La dupla formada por Pascal y Ramsey es tan sólida que nos recuerda por qué funcionó tan bien en su primera temporada, siendo un verdadero refugio en este horripilante mundo. La elección de ambos para Joel y Ellie fue una bendición para los realizadores, elevando el material original.
Tenerlos de vuelta en su tradicional dinámica resulta ser un cruel oasis sabiendo que no volveremos a verlos juntos ahora que la historia tomó un violento giro, pero esa conexión no se perderá jamás en el deseo de un padre que espera que su hija sea un poco mejor que él.
Los primeros seis episodios de The Last of Us ya están disponibles en Max y HBO, con el final de la segunda temporada emitiéndose el próximo domingo 25 de mayo a las 21:00 horas de Chile en el streaming y la señal lineal.