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[Review] Galaxy Z Flip7: ¿El mejor plegable del 2025?

Probamos el clamshell de Samsung y así nos fue.

Durante las últimas semanas hemos podido probar el Galaxy Z Flip7 que se presenta como una evolución de la fórmula clamshell de Samsung, con mejoras puntuales que afinan la experiencia sin romper el molde. El cambio más evidente está en la pantalla externa: la nueva FlexWindow de 4,1 pulgadas Super AMOLED ahora ocupa todo el frontal superior, lo que la convierte en una herramienta mucho más útil y con resolución de 1.048 x 948 píxeles más tasa de refresco de hasta 120 Hz, permite interactuar con widgets, notificaciones y funciones básicas sin necesidad de desplegar el equipo.

Pero la pantalla interna también sube de nivel: Dynamic AMOLED 2X de 6,9 pulgadas, formato 21:9, resolución FullHD+ y brillo máximo de 2.600 nits, lo que la posiciona como una de las más luminosas del mercado, mientras la bisagra Armor FlexHinge ha sido rediseñada para ofrecer un plegado más suave y reducir el pliegue visible, aunque sigue presente, pero ahora afirma sobrepasar el medio millón de pliegues.

En cuanto al motor, Samsung apuesta por casa: el Exynos 2500, fabricado en proceso GAA de 3 nm, con arquitectura de 10 núcleos y soporte para Galaxy AI. Este chip se acompaña de 12 GB de RAM y opciones de 256 o 512 GB de almacenamiento, sin ranura microSD. El rendimiento es fluido en multitarea, IA generativa y uso intensivo, aunque queda por ver cómo se comporta en escenarios de gaming prolongado.

La experiencia de uso es cómoda, rápida y muy visual, y el formato plegable sigue siendo un diferenciador, no solo por el diseño, sino por cómo se adapta a rutinas cotidianas, desde responder mensajes en modo compacto hasta usar el modo Flex para grabar sin trípode. El equipo se siente sólido en mano, con buen balance de peso y una interfaz que aprovecha bien el espacio vertical y One UI 8 sobre Android 16 está optimizado para pantallas plegables, y la inclusión de Samsung DeX suma puntos para quienes buscan productividad móvil.

La construcción se mantiene premium: Gorilla Glass Victus 2, resistencia IP48, marcos de aluminio y sensor de huellas lateral. El peso es de 188 gramos, y el grosor se reduce a 13,7 mm plegado y 6,5 mm desplegado, lo que lo hace más delgado que su antecesor.

Gran parte de las funciones del Galaxy Z Flip7 pueden realizarse directamente desde la pantalla externa, lo que lo convierte en un dispositivo casi autónomo en modo plegado. Sin embargo, para desbloquear todo su potencial como ejecutar apps completas o usar funciones avanzadas es necesario activar módulos específicos desde la app Good Lock, que no solo requiere pasos adicionales, sino que está disponible únicamente en inglés. Esta barrera idiomática y de configuración le resta puntos frente a rivales como el Moto Razr 60 Ultra, que ofrece una experiencia más directa y sin fricción desde su pantalla externa.

En fotografía, el Flip7 cumple con nota, pero no brilla. El sensor principal de 50 MP entrega imágenes nítidas, con buen rango dinámico y colores equilibrados, especialmente en condiciones de buena luz. El ultra gran angular de 12 MP es funcional, pero no destaca. La posibilidad de usar la cámara principal para selfies es un plus, gracias a la FlexWindow, pero si lo que buscas es fotografía de alto nivel como modo retrato avanzado, zoom óptico o rendimiento nocturno superior, este no es el equipo indicado. Samsung prioriza versatilidad sobre ambición fotográfica.

La batería crece a 4.300 mAh, un salto frente a generaciones anteriores, pero mantiene la carga rápida de 25W, carga inalámbrica rápida 2.0 y carga inversa, y si bien no es líder en velocidad, mejora la autonomía general. Eso sí, como ya es costumbre en la marca, el Flip7 no incluye cargador en la caja, lo que obliga a adquirirlo por separado si no tienes uno compatible. En un equipo de más de 1.2 millones de pesos chilenos, esta decisión sigue siendo difícil de justificar, especialmente para usuarios que buscan una experiencia completa desde el primer día.

Por el lado positivo, Samsung sigue siendo el más serio con el soporte a largo plazo y así es como el Galaxy Z Flip7 promete siete años de actualizaciones de sistema operativo y seguridad, lo que lo convierte en uno de los smartphones con mayor longevidad del mercado. Esta política no solo extiende la vida útil del equipo, sino que refuerza su valor como inversión tecnológica, especialmente en un segmento donde los plegables aún están en evolución.

Así las cosas, estamos ante el indiscutible rey de los teléfonos plegables (al menos por ventas), que llegó con algunas pequeñas mejoras que robustecen su oferta. Sin embargo, creo que en esta pasada esos cambios terminan siendo más bien mezquinos y lo hace ver bastante a la par de su competencia directa en Chile que es el Moto Razr 60 Ultra y puede que suceda lo mismo con los modelos de Xiaomi y de HONOR, si es que deciden lanzarlos en nuestro país. Samsung tiene con qué, por lo que debería darnos más con este equipo.

El Galaxy Z Flip7 se lanza oficialmente en nuestro país este 10 de septiembre y su precio sin descuentos ni promociones es de $1.269.989, en la página de Samsung.

Lo bueno

  • Pantalla externa FlexWindow más grande y funcional.

  • Batería mejorada (4.300 mAh) y soporte para DeX.

  • Experiencia de uso versátil y bien optimizada para el formato plegable.

  • Siete años de actualizaciones garantizadas.

Lo malo

  • Carga rápida limitada a 25W.

  • El pliegue sigue siendo muy visible.

  • App Good Lock necesaria para desbloquear funciones externas, solo disponible en inglés.

  • No incluye cargador en la caja.