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[Análisis] Xbox Series X: Esto está a otro nivel

Los últimos días hemos tenido la posibilidad de probar la nueva consola de Microsoft y estamos francamente alucinados.

Para alguien que ha crecido de la mano con los videojuegos, cada vez que llega el proceso de cambio de generación de consolas es algo que genera una sensación inigualable que mezcla la emoción y la ansiedad, la que suele comenzar a bajar una vez que tenemos la opción de probar lo nuevo.

Sin embargo esto no sucede con la Xbox Series X, puesto que es imposible no sentir que es el inicio de algo grande que tiene mucho por entregar y lo que es mejor, aún siquiera es imaginable hasta dónde puede llegar si es que con el correr del tiempo se comienza a estrujar la potencia de su hardware, que de entrada muestra que es el inicio real a la era del 4K en los videojuegos de consola pese a que los primeros intentos son de precisamente Microsoft con las actuales One.

Para saborear correctamente la calidad gráfica necesitaremos sí o sí un televisor que tenga opción de visualización 4K, aunque no tenga una frecuencia de actualización de pantalla mayor (120FPS es el máximo de la consola). Este punto es importante si quieres utilizar los juegos listos para ello, pero si aún quieres ir por títulos “normales” o aprovechar la excelente retrocompatibilidad, de la que ya hablaremos, puedes aguantar un poco lo que significa un cambio de pantalla.

Y pese a no tener un televisor de esas características, igualmente podrán disfrutar de la experiencia que entrega esta versión de Xbox, partiendo por la rapidez con la que trabaja, para la que no se puede utilizar otra palabra que no sea alucinante. Estamos hablando que tiempos de carga disminuyen a prácticamente un diez por ciento de lo acostumbrado, es cosa de cronometrar un poco (algo que sí hicimos) y en diez segundos, literal, podemos estar jugando sin problema alguno. Para juegos más pesados, que requieren carga de mayores detalles, como uno de mundo abierto por ejemplo, hablamos de míseros 60 segundos, cuando en la One esto toma fácil dos veces y media más. Es así de rápida.

Y el quick resume es otra características a la que Microsoft le saca brillo. En fácil, esta es la que permite pasar de un juego a otro en segundos, dejarlo pausado y retomarlo nuevamente tal donde quedamos. Corre igual para aplicaciones combinando aplicaciones multimedia con los videojuegos. Al menos en mi caso probé con Spotify abierto y cuatro juegos al mismo tiempo y cero sufrimiento.

Esto se logra combinando su disco duro de estado sólido de 1TB, con el procesador Zen 2 obra de AMD, de siete nanómetros y que cuenta con 8 núcleos a 3.8 GHz, una GPU con RDNA 2 de 12 Teraflops y 16GB de memoria RAM GDDR6. Sí, son muchos nombres y números que parecen inentendibles y lejanos para simples mortales como uno, pero son los responsables de hacer mover a la Xbox Series X.

Este conjunto de funciones logra además, la “magia” del Ray Tracing, que es lo que le entrega la posibilidad de iluminación y sombras a los juegos, algo tan impresionante que hasta ahora no habíamos visto en ninguna consola. Hasta los detalles más mínimos tienen variaciones y se ven demasiado realistas.

La amada retrocompatibilidad

Aquí la cosa podría irse al carajo, porque es una función que los fanáticos pedían con efervescencia para la actual generación de consolas y no tuvieron respuestas. Pero no. Ahora Microsoft simplemente se luce y entrega la posibilidad de jugar prácticamente todo el catálogo de videojuegos disponibles para todas sus consolas (sí, todas) no dejando espacio para las dudas. Es cierto que muchos pueden pensar para qué quiero que una consola nueva, con semejante potencia, me deje jugar a juegos gráficamente bajos, pero es un plus que de seguro todos disfrutaremos.

Y además, porque el trabajo hecho por el equipo Xbox en este apartado resultó potente logrando que aquellos títulos antiguos se vean y se jueguen mejor en esta Series X. Ciertamente no mejoran gráficamente, pero visualmente se notan colores más vivos y se lucen con la rapidez de carga, ya que técnicamente vuelan.

¿A qué jugamos?

Es inevitable no hablar de la maciza oferta en este aspecto que presenta Microsoft. Su suscripción mensual Game Pass Ultimate ha ido sumando nuevas características como opción de jugar en PC, también a través del celular y ahora, por si se hacían pocos más de cien juegos disponibles, suman sin costo alguno el servicio de EA Play, que permitirá jugar alrededor de 25 títulos pertenecientes a Electronics Art con exitosas sagas como FIFA, Los Sims, NHL y Need For Speed. Sumando ambas experiencias, con este servicio de pago mensual tenemos sobre 150 videojuegos (antiguos, clásicos y nuevos) para instalar y sacarle el jugo al SSD.

Aquí un punto importante: pese a que la Xbox Series X cuenta con un disco duro generoso en capacidad, con el peso que tienen los actuales videojuegos (sobre todos los hechos para la nueva generación de consolas), como mucho, podremos tener instalados alrededor de una veintena, por lo que nuestra elección debe ser más que precisa para no sufrir con el instalar y desinstalar. Por años Microsoft ha sido “troleada” por su supuesto reducido catálogo, pero con esta nueva consola despeja todas las dudas y encima, con una robustez que asombra.

El centro de entretenimiento

En este apartado Microsoft continuó la senda de la One y la potenció con una interfaz fácil de utilizar, que no sufre mayores cambios y que permite ordenarla a nuestro antojo. Y toda esa facilidad de acceso permite el uso simple de aplicaciones de streaming (están todas) para ver películas, escuchar músicas o hasta televisión. Si se acompaña con una buena pantalla, con un buen sonido, estamos listos para tener una experiencia total. A eso hay que sumar el lector Bluy Ray 4K y el trabajo con Dolby Atmos en audio y video.

La compatibilidad con Google Assistant funciona sin problemas y añadiendo la opción de manejar la consola a distancia, suma en el apartado de casa inteligente. Para quienes gustan de estas características, solo será sumar. Y para quienes aún no entran en este mundo de las casas inteligentes, es algo para explorar y que es menos costoso (monetariamente hablando) de lo que puede pensarse.

Otra cosa que no sufrió mayores cambios es su mando. Este tan criticado por algunos no dejó de lado el uso de pilas y sumó una superficie rugosa en la parte baja, lo que ayuda a mantener el agarre por más que suden las manos. Esto se repite también en los gatillos, que en ocasiones también sufrían con el exceso de humedad de los dedos. Lo demás, tal cual, con el que para mi es el mejor mando de consola que existe. Y ahora suma un botón exclusivo para compartir contenido, algo que copió de la competencia y que está muy bien, porque nos econtramos en aquella era en donde el ostentar por redes sociales nos hace grandes.

Finalmente, estamos aquí ante el futuro en los videojuegos y no es una exageración decirlo así. Es una inversión alta (519.990 pesos), lo tenemos más que claro, pero en comparación a lo que entregaban las consolas de actual generación hace siete años atrás, esto es completamente diferente. La Xbox Series X tiene opción de seguir avanzando aún no se sabe cuánto pero va de la mano con los jugadores. Se presenta como un sistema completo y gracias a lo potente de su catálogo inicial, de los juegos que están por venir, de la instantaneidad que muestra y la combinación de otros servicios multimedia, lo cumple con creces. Y sí, esto está a otro nivel.