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[Análisis] iPhone SE (tercera generación): ¿Quién dijo que no es un gama alta?

Probamos el último lanzamiento de Apple y esto nos pareció.

Bien, luego de dos años tenemos por fin en nuestras manos el llamado “iPhone económico”, el que tiene una barrera bastante alta que pasar debido al éxito que ha tenido (y aún tiene) el modelo que se lanzó el 2020 y que se vendió como pan caliente porque claro, un iPhone a mitad de precio no es algo normal de conseguir.

Pues bien, entraremos inmediatamente en la discusión bastante ilógica de decir si estamos o no ante un equipo de gama alta. Tenemos en nuestras manos un dispositivo que cuenta con el último procesador para smartphones que ha creado Apple, ese mismo que mueve a la serie 13 que llegó el año pasado y que es capaz de, por ejemplo, administrar tan bien la batería que con una que ni siquiera llega a los 4.000mAh puede entregar una autonomía que lo deja bien arriba en el ranking respectivo.

Ahora bien, en este modelo SE de tercera generación esto se ve a cabalidad ya que la batería dura bastante más que el anterior. Y obvio que tenemos que compararlo primero con el lanzado en 2020 por ser prácticamente iguales, pero a no equivocarse, puesto que también pilla incluso al iPhone 13 mini, lo que lo deja en la misma línea.

Es cierto que este iPhone ofrece solo una cámara y eso es algo que más parece situarnos en, por lo menos, 2016, pero nuevamente aparece el procesador A15 Bionic para demostrar que una sola puede entregar un resultado tan bueno como cualquier Android con tres y hasta cuatro cámaras (siempre hablando de la gama media). Aquí claramente menos es más. Recuerdo bien a los fanáticos de los Pixel de Google justificar que sus equipos sí son gama alta cuando también solían contar con solo una cámara y no veo por qué ahora esos mismos puedan negar que el de Apple también lo es. No hay excusa alguna que lo permita.

¿Que no graba en 8K? Pues cuando las pantallas en aquella resolución se encuentren de manera normal en nuestras casas seguro será un tema, pero por el momento no pasa de ser un chiche y nada más. Con la grabación en 4K a sesenta cuadros por segundo basta y sobra.

Seguimos con el tamaño, que al parecer para muchos sí importa. El iPhone SE vuelve a rendirle culto al diseño antiguo de 4.7 pulgadas de pantalla y sobre todo al TouchID que es tan exquisitamente rápido que deja en el camino a, nuevamente, cualquier Android que tenga el lector de huellas lateral e incluso a varios que lo presentan en la pantalla. Aquella misma pantalla cuenta con la alabada tecnología Retina HD que muy LCD será pero gracias al True Tone y el brillo máximo de 625 nits, se ve tan bien calibrada que claramente supera a cualquier equipo de la gama media e incluso de la gama alta de algunas marcas.

Entonces, decir que el menor tamaño o el diseño anticuado (si se quiere) es razón para que el SE es un gama media es un tremendo error principalmente por dos cosas: La primera; no porque sea más pequeño va a rendir menos o no se va a poder utilizar todas las aplicaciones disponibles. Es más, puedes jugar mejor que en cualquier Android gama media de pantalla mayor porque sencillamente el procesador es superior.

Y la segunda, ¿de qué sirve tener un equipo sobre las seis pulgadas que funcione mal, que sufra con el multitasking o que no entregue una performance acorde al dinero que se pide por él? Aquí lo que importa es el procesador y ya sabemos que el A15 Bionic está a la altura del recientemente estrenado 8 Gen 1 de Qualcomm, el más potente para dispositivos Android en la actualidad y que, precisamente, está en los flagship de las compañías más importantes del mundo, en sus equipos que cuestan más del doble de este iPhone.

Distinto es que el campo de visión sea menor a sus contrapartes Android y que eso pueda no gustarles, pero eso pasa a ser una decisión personal que en nada debe influir para plantear que el iPhone SE de tercera generación es un equipo de gama media. Hay una cantidad importante de usuarios que aún prefieren los equipos más pequeños y por algo Apple los sigue fabricando y sobre todo vendiendo. En gustos no hay nada escrito.

Démonos una vuelta por su construcción exterior. Hablamos de aluminio de calidad aeroespacial combinado con el mismo vidrio resistente que encontramos en los iPhone 13 más económicos. Algo así no encontramos en la gama media de Android y a lo más nos cruzaremos con bordes de aluminio, pero siempre predomina el policarbonato, una forma más elegante de decir plástico. Recién vemos estos materiales en los equipos gama alta.

Obviamente quien elija este equipo tendrá que estar dispuesto a hacer algunas concesiones, partiendo por el tamaño reducido de pantalla y siguiendo por la falta de un ultra gran angular o una cámara de detalle o un zoom elevado, pero aparte de eso no mucho más porque tendrán carga inalámbrica (algo que pocos en la gama media tienen), protección IP67, un sistema operativo probado y demasiado estable y finalmente, lo más importante, un rendimiento de gama alta que vaya que quisieran tener los dispositivos Android del mismo rango de precios.

Los propios fabricantes de teléfonos han llevado las cosas más allá creando las subgamas como la “gama alta de entrada”, por ejemplo, y ahí es justo donde se ubica este iPhone SE de tercera generación que entrega todo lo ya contado por 459.990 pesos chilenos, una cifra menor que, si contamos rápido, al menos cinco gamas medias que actualmente existen en Android y que podrían acercársele en rendimiento y experiencia.