
[Reseña] The Last of Us | Temporada II - Episodio Final: Camino a la perdición
No pudo romperse el ciclo de violencia.
Cada acción, por muy justificada que sea, puede tener resultados imprevistos y desgarradores. El dolor y la tragedia que se aferra a uno como esa infección fúngica parasitaria que arrasó con la mayor parte de la humanidad ha sido siempre el centro de The Last of Us y, con su segunda temporada, solamente ha profundizado en ello.
En el séptimo y último episodio del segundo ciclo, que acaba de estrenarse en el streaming Max y la señal lineal HBO, aquello golpea con tal fuerza que sacude a nuestros personajes de forma despiadada. No hay vuelta atrás en este camino a la perdición.
Tercer día en Seattle y las cosas se complicaron en todos los frentes. Teniendo a Jesse (Young Mazino) y Tommy (Gabriel Luna) en la ciudad intentando rescatar a Ellie (Bella Ramsey) y Dina (Isabela Merced) para llevarlas sanas y salvas a Jackson, se recrudece el conflicto entre los bandos fanáticos del Frente de Liberación de Washington (WLF, por sus siglas en inglés) y los Serafitas. Esta no es la guerra de ellos y están en el medio de ella.
La historia está lejos de terminar y, cuando empiezan los créditos, queda clara la ruta narrativa que tomará la serie con su tercera temporada, eligiendo con pinzas el impactante momento en el que se pone pausa al relato para dejar atrapado al espectador. No será nada sorpresivo para aquellos que jugaron el segundo videojuego de la franquicia desarrollado por Naughty Dog, quienes sabrán cómo se resuelve aquel cliffhanger, pero eso no le resta impacto. Funciona y, como audiencia, queremos ver el próximo episodio de inmediato.
Los creadores y productores ejecutivos Craig Mazin y Neil Druckmann fueron los encargados de escribir este final de temporada junto a Halley Gross, pieza clave de la historia del segundo videojuego, teniendo a Nina López-Corrado (Perry Mason) en la dirección para concluir el ciclo. La tarea se cumple en mayor parte, pues una decisión narrativa que aletarga los sucesos en vez de aportar termina resultando anticlimático en medio de los tensos eventos desarrollándose en Seattle.
Ese desvío parece más de extensión de metraje de contribución a la narrativa, cuando minutos antes veíamos a Jesse y Ellie en una tremenda confrontación de los principios que los impulsan.
Incluyendo varios guiños a las acciones que podemos realizar el videojuego con los personajes jugables, la tragedia no tarda en llegar en dos paradas inevitables del violento camino tomado que solo podía traer más dolor. Los realizadores se preocupan de que cada momento sea aún más intenso emocionalmente a lo visto en el videojuego, demostrando lo acertado del elenco elegido para la tarea. Cada instante duele y nos recuerda que no hay verdaderos buenos ni malos en un mundo que se fue al carajo.
Tras el carrusel emocional que fue el extenso flashback del sexto episodio de esta temporada, donde un padre esperaba que su hija fuera un poco mejor que él, no tardamos en entender que el ciclo de violencia no pudo ser roto.
Hay cosas que, simplemente, no pueden justificarse cuando nos ciega la tristeza y el castigo llega más temprano que tarde, aunque no sea de forma directa. El mayor peligro no es el cordyceps ni los infectados, siempre serán las personas marcadas por la violencia y la ira, aferradas a ellas como un parásito destructivo.
Sufrimiento, dolor y tragedia, una violenta espiral que aún tiene más por explorar en su camino a la perdición, del cual ya no podemos escapar. Solo queda hacerle frente cuando el daño ya está hecho.
La segunda temporada completa de The Last of Us ya está disponible en el streaming Max.