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[Reseña] Masters of the Universe Revelation: Nuevos caminos, el mismo mundo

Guste o no, la primera parte de la serie animada resulta ser un importante paso adelante para lograr algo absolutamente necesario: sorprender.

Hay muchos momentos que quedan con uno tras terminar los primeros cinco capítulos de "Masters of the Universe: Revelation" (Amos del Universo: Revelación), pero es el diálogo entre "Orko" (Griffin Newman) y "Andra" (Tiffany Smith) el que más resuena.

Al terminar una larga vida de aventuras, lo que queda con uno al final son "buenos amigos y recuerdos felices".

Para muchos, "Masters of the Universe" (MOTU) es importante. Son sus "buenos amigos", sus "recuerdos felices". Muchos añoraban un "He-Man", otros un "Skeletor", pero abundaban los "Leech" y "Rattlor". Mientras unos jugaban con las figuras de Mattel, si es que podían tenerlas, otros disfrutaban la serie de los '80 de Filmation, con sus moralejas y enseñanzas al final de cada episodio.

"Y ahora, olvido más de lo que recuerdo. Todos mis recuerdos son borrosos", dice "Orko" en la nueva serie, recomendando anotar hasta las tonterías más "insignificantes" para no olvidar nada. Ese es un importante consejo.

Podemos tener cariño por esos personajes, pero al glorificar en demasía se nos olvidan o dejamos pasar los aspectos que no han envejecido bien. Era encantadora, pero la simpleza de la serie era tal que siempre sabíamos qué esperar, porque nada estaba en riesgo. Ni siquiera "He-Man" podía herir a alguien con la espada.

Y si "MOTU: Revelation" nos iba a ofrecer lo mismo, no se iba a justificar su existencia.

El primer episodio comienza como una continuación natural de la serie clásica de Filmation. No pierde el tiempo presentando a los personajes, porque ya los conocemos, y entramos en una celebración donde abunda el humor liviano, incluyendo a "Orko" equivocándose con sus hechizos y a "Cringer" teniendo miedo absolutamente a todo.

Pero la serie da un paso más allá al tomar riesgos que jamás podrían haber tenido lugar en la serie original: presentar un cambio en el statu quo.

En los episodios clásicos, uno sabía a lo que iba. "He-Man" y sus amigos, los buenos, siempre salvarían el día, y "Skeletor" y sus secuaces, los malos, jamás ganarían, y todo seguía igual. El problema que es que ya no estamos para ese tipo de historias y hasta las recientes series animadas destinadas al público infantil han entendido esto, donde ni siquiera las líneas del bien y el mal están estrictamente definidas.

En "MOTU: Revelation", el cambio llega cuando se deja en claro que hay verdaderas consecuencias. Tras unos devastadores eventos, que nunca podrían haber ocurrido en la serie ochentera, Eternia y todo el universo se encuentran realmente en peligro. Es acá donde "Teela" (Sarah Michelle Gellar) tendrá un rol central, mientras debe lidiar con sus propios miedos y el dolor por los muchos secretos que le fueron ocultados.

Lo que ocurre en "MOTU: Revelation" lleva a la historia por caminos completamente nuevos, sin dejar de ser "MOTU".

Es el mismo mundo, con el equipo encabezado por Kevin Smith dando el gusto a los fans de la línea de juguetes y de la serie original al ocupar todos los elementos que tenían a mano de ese universo, incluyendo los diseños extravagantes sin grandes cambios, una gran cantidad de vehículos y personajes -muchos de los cuales jamás aparecieron en la animación de los '80- y una infinidad de guiños que captarán inmediatamente los que aman la franquicia.

"Por fin usaste esa espada como siempre debió usarse".

Lo importante es que este mundo crece, personajes que nunca vimos en acción o no fueron explorados ahora son tridimensionales y la muerte ronda en el aire como algo que sí puede ocurrir. Atrás queda la liviandad y el nulo riesgo.

Incluso, "Orko" sobresale al dejar de ser un comic relief (¿quién iba a imaginar que algunos de los mejores momentos de la serie estarían protagonizados por "Orko"?) y aquel al que llaman el "hombre más peligroso de Eternia" saca aplausos cada vez que vemos en acción.

Con enemigos viéndose obligados a trabajar juntos por un objetivo en común, se entregan interacciones impensadas para la serie clásica. La exploración de estas relaciones y alianzas remarca lo difusa que es la línea entre buenos y malos, donde puede encontrarse más de un aspecto en común y descubrir atributos que ni los mismos personajes conocían de sí mismos.

La música compuesta por Bear McCreary complementa de gran manera el trabajo de animación del estudio Powerhouse Animation (Castlevania), donde uno nota los momentos en los cuales realmente se pone cariño, teniendo un trabajo de voces en el que sobresalen con gran presencia Liam Cunningham como "Man-At-Arms" y Lena Headey como "Evil-Lyn". Mark Hamill lograr dar identidad a su "Skeletor", despreciable y amenazante, y no deja de sorprender la solemnidad con la que Kevin Conroy interpreta a "Mer-Man".

Más allá de los riesgos que han dividido a los fans, especialmente porque la promoción se encargó de esconder aspectos claves, es absolutamente bienvenido el sorprenderse cuando la serie original realmente no se caracterizaba por ello.

Aquella que nació en los '80 de una estrategia para vender juguetes -no se engañen, ahora es igual-, no se reinventa acá. Esto no es lo que hizo Noelle Stevenson con "She-Ra", sino que una continuación que hace crecer el mundo de Eternia que ya conocemos.

Puede gustar o no el camino que toma la nueva serie animada, que sólo ha presentado su primera parte, pero es el necesario paso adelante que necesitaba la historia para lograr algo absolutamente importante: sorprender.

Eso se consigue y eso es lo que se valora, porque ya queremos saber cómo continuará esta "Revelación".

Los cinco capítulos de la primera parte de "MOTU: Revelation" se encuentran disponibles en Netflix.