
[Reseña] SHINOBI: Art of Vengeance - Simple, sofisticado y genial
Jugamos a este regreso del clásico y así nos fue.
Durante el último tiempo SEGA le ha dado espacio al regreso de alguna de sus icónicas sagas y bajo ese contexto, con más dudas que certezas, es que le pusimos las manos encima a lo nuevo de Shinobi, que pudimos probarlo en PlayStation 5.
El regreso de Joe Musashi no es solo una nostalgia bien ejecutada, sino una reinvención visual y jugable que pone a Shinobi nuevamente en el mapa de los grandes del género. Lizardcube, el estudio detrás de joyas como Wonder Boy y Streets of Rage 4, toma las riendas de este clásico de SEGA y lo transforma en una experiencia moderna sin traicionar su esencia arcade.
Lizardcube demuestra nuevamente que sabe cómo resucitar clásicos sin convertirlos en fósiles y su trabajo en Shinobi es una carta de amor al pixel art, pero con pinceladas modernas, logrando mantener la esencia arcade del original mientras lo visten con mecánicas actuales, accesibilidad inteligente y una estética que no se siente retro por obligación, sino por convicción. Cada decisión de diseño parece pensada para honrar al legado sin encadenarse a él.
El combate combina ataques rápidos y fuertes, esquivas precisas, kunais a distancia y una mecánica de ejecución shinobi que permite eliminar múltiples enemigos marcados en simultáneo, con recompensas como salud, dinero y munición, y a medida que avanzas, desbloqueas Ninpus y Ninjutsus definitivos, habilidades especiales que limpian la pantalla o te permiten acceder a nuevas zonas.
Cada uno de los catorce niveles tiene una estructura única y van desde correr por los techos de un tren en movimiento hasta infiltrarte en una base secreta llena de mutantes estilo Metroid, el juego nunca se repite. Hay misiones de rescate, exploración vertical, laberintos oscuros y enfrentamientos contra jefes que exigen reflejos y estrategia, todo con un ritmo frenético, pero nunca caótico, y la progresión se siente natural, con momentos de respiro entre cada emboscada.
El arte de Shinobi: Art of Vengeance es, sin exagerar, una exhibición de maestría visual en donde cada escenario parece sacado de un mural animado, con trazos dibujados a mano que capturan desde la serenidad de un bosque de bambú hasta el caos neón de una ciudad futurista. Los fondos tienen un nivel de detalle que invita a pausar el juego solo para admirarlos con reflejos en charcos, luces dinámicas, y enemigos con animaciones fluidas. No hay dos niveles iguales, y eso convierte cada etapa en una postal interactiva.
La banda sonora es otro punto alto y cada nivel tiene su propia pieza musical, todas diseñadas para amplificar la atmósfera incluyendo sintetizadores ochenteros, percusiones intensas y melodías que se quedan en la cabeza. Hay tracks que evocan el estilo de Yuzo Koshiro, pero con un giro moderno que encaja perfecto con la estética visual.
Como resumen, Shinobi: Art of Vengeance nos tapó la boca y sin duda alguna es uno de los imperdibles del momento, con grandes opciones de meterse en los postulantes al GOTY 2025 o al menos llevarse un par de galardones en la próxima edición de The Game Awards.
Lo bueno
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Arte dibujado a mano de altísimo nivel, variado y memorable.
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Jugabilidad fluida, con mecánicas modernas y rejugabilidad inteligente.
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Diseño de niveles diverso, sin relleno ni repetición.
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Banda sonora potente y atmosférica.
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Respeto por el legado de Shinobi sin caer en la nostalgia vacía.
Lo malo
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La historia es funcional, pero no profundiza más allá del cliché ninja.
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Si no se dominan las ejecuciones puede resultar muy difícil.
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No hay modo cooperativo ni contenido extra post-campaña.