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[Review] Samsung Galaxy S23 Ultra: Lo mejor del momento

Probamos el último lanzamiento surcoreano y así nos fue.

Desde el 1 de febrero, minutos después de terminado el Unpacked que cubrimos en terreno desde San Francisco, que tenemos el Galaxy S23 Ultra de Samsung en nuestras manos y ya transcurrieron los días suficientes para que podamos abordar en una nota lo que nos ofrece, a primera instancia, este nuevo gama alta surcoreano que busca escaparse varios peldaños de su competencia Android.

Muchos han repetido hasta el cansancio que el modelo de este año no tiene nada nuevo que ofrecer, que es un calco del S22 Ultra y que seguro eso esa decisión de los surcoreanos fue para invertir menos y cobrar más. Y claro que podemos coincidir en algunos puntos con esas críticas como por ejemplo la pantalla, el tamaño y hasta la forma de las cámaras, pero hay diferencias notables.

Y estas parten precisamente por la pantalla, la que en esta oportunidad se ve y se siente más plana que nunca, dejando de lado una insistencia por los bordes curvos que fueron característicos, pero que ahora prácticamente desaparecen para mejorar el agarre y complicar menos la usabilidad de la pantalla, aunque a mi personalmente nunca me molestó eso.

Hay pocos bordes y eso también es pura ganancia. Y es que con el nivel de pantalla que ofrece el dispositivo claro que dan ganas de ver streaming (nunca recomendado por mi) y aprovechar lo ancho y lo largo. El HDR10+ se luce y no hay nada que decir al respecto, tampoco con la definición alcanzada.

Es que sería un atentado que el gama alta de Samsung, que a la vez es uno sino el mejor fabricante de pantallas, se caiga en este aspecto. Y obvio no lo hace ofreciendo 6.8 pulgadas Dynamic AMOLED 2X con resolución QHD+ 1440x3088 y frecuencia de actualización máxima de 120Hz, la que es adaptativa. El brillo llega a 1.750 nits, lo suficiente como para no sufrir de cara al sol y mucho más.

A vista de usuario normal es una pantalla simplemente increíble, que es capaz de entregar excelentes resultados en color y lo suficientemente fluida como para ser una maravilla para los ojos. Alguien podrá decir que le falta esto o aquello, pero a ojo no entrenado créanme que es lo mejor que pueden ver en la actualidad. ¿Que la del iPhone brilla más? Puede ser, pero se cae en otras cosas.

En cuanto a su capa de seguridad, el teléfono estrena la recientemente anunciada Corning Gorilla Glass Victus 2, lo más resistente que existe y que según ellos mismos, es capaz de resistir caídas accidentales en cemento, algo que por cierto no probaremos porque más allá de la promesa el riesgo es mucho.

Otro de los cambios en relación al modelo del año pasado tiene que ver con los lentes traseros, los que ahora lucen unos milímetros más grandes, casi nada al fijarse con los ojos, pero lo suficiente como para que las fundas o carcasas del modelo del S22 Ultra no le sirvan.

El acabado aquí es mate y al menos en la unidad que nos tocó probar (blanca) no captura ninguna huella, al menos a ojo humano. Y tal como sucede con la pantalla, la espalda se ve y se siente más plana y también cuenta con protección Gorilla Glass 2. Los bordes, en tanto, son de aluminio.

Cámara con video a otro nivel

En este modelo debuta un lente principal de 200MP que ya probamos bastante para sacar el jugo y el mejor ejemplo que podríamos usar para explicar su función es decir que ahora será mejor hacer zoom una vez tomada la foto y no antes, así tal cual. Sé que hay otros ejemplos más llamativos como decir que puedes luego imprimir una gigantografía en alta resolución, pero seamos realistas, el 0.0000001 % de los usuarios elegiría este teléfono para eso.

En nuestra ronda de prueba pudimos darnos cuenta que la definición es exquisita; las imágenes en zoom óptico de 10X rinden bien pero no de lo mejor; las imágenes de zoom óptico de 3X son las mejores de aumento; el resultado en fotografía en condiciones de baja luminosidad es por lejos el mejor que hemos probado hasta ahora y lo mejor de todo es que no hay que hacer ninguna manipulación de opciones para tener una excelente foto, porque de eso se trata, que tomes tu teléfono, aprietes el obturador y tengas esa imagen que buscas.

Pero donde encontramos el mejor resultado, sin duda alguna, fue en la grabación de video, todo gracias a una estabilización fuera de serie que permite caminar de manera absolutamente normal con el teléfono grabando y la imagen no se mueve prácticamente nada, por lo que el resultado de un video que no maree al verlo está garantizado. El 4K a sesenta cuadros por segundo es una real maravilla.

Aquí un punto polémico: es cierto que la utilización del concepto foto PRO puede causar controversias sobre todo en los amantes de la fotografía y por cierto en los audiovisuales quienes siempre destacarán una cámara fotográfica por sobre un teléfono, pero justamente se trata de eso: hablamos de un smartphone y el resultado que entrega es lo más parecido a lo que entrega una cámara. No pierdan de vista que hablamos de un teléfono y no sean quisquillosos.

Sumando y restando, las cámaras que ofrece el Galaxy S23 Ultra son mejores que las del año pasado primero por su nuevo lente principal, segundo por el resultado en lo que la firma llama Nightography y tercero por una grabación de video sencillamente a otro nivel, sin duda resultados que se apoyan en su potente y exclusivo procesador.

Hecho para Galaxy

Tal como decíamos más arriba, el procesador de este Galaxy S23 Ultra (y de la serie completa en realidad) es único en su especie pues está trabajado junto a Samsung para sacarle el mayor provecho a sus equipos, de ahí que el Snapdragon 8 Gen 2 de Qualcomm se presente como “hecho para Galaxy”, lo que significa que entrega más potencia que el mismo procesador presente en los otros smartphones Android.

Esta también es una buena jugada para pararse de igual a igual con Apple y sus procesadores A16 Bionic para iPhone, en donde análisis de uso incluso han mostrado que el procesador presente en el equipo de Samsung es superior en ciertas tareas, pero eso es en base a programas de uso que difieren de cada uno y terminan siendo poco válidos pues todo dependerá del uso que el usuario final le dé al equipo.

En cuanto a Android, como decíamos, sí que está un par de escalones más arriba, pero eso es algo que será más bien momentáneo ya que es casi seguro que en junio o incluso mayo Qualcomm presente este procesador como su Snapdragon 8+ Gen 2 y quede disponible para los demás fabricantes. Ahí todo se emparejará.

Más allá de eso, el rendimiento del equipo es excepcional al punto de ni siquiera hablar de multitarea porque eso sería nivelar para abajo. Aquí tenemos un smartphone que es más potente que varios computadores y que es capaz de moverse con fluidez con lo que sea que le pongan al frente.

Claro que los videojuegos son un punto de comparación, pero más que nombrar o repetir frases de comunicados de venta como “tiene trazado de rayos” (algo que el usuario medio no tiene idea qué es), lo más correcto sería decir que corre cualquier juego presente en la PlayStore de Google y a su nivel máximo. 

Si quieren una comparación del tipo consola, podríamos decir que el Galaxy S23 Ultra es una Xbox Series X que es el top en cuanto a ese tipo de dispositivos, por más que los fanáticos quieran decir que es la PS5. Pero estamos hablando de potencia y ahí la de Microsoft gana, igual como lo hace el último smartphone de Samsung.

Batería, vamos a pelear “terrible brígido”

Una bestia de este tipo claro que merece una gran batería y el Galaxy más potente la tiene (5.000 mAh). Pero más allá de la capacidad, lo que importa es cuánta autonomía entregue y eso tiene directa relación con el trabajo que realice el procesador y aquí lo hace muy bien, puesto que ante la misma batería del año pasado, el equipo rinde más.

Hemos sobrepasado las veintiún horas de navegación y en uso total podemos quedarnos tranquilos con día y medio sin conectarlo a la corriente eléctrica. Es muchísimo pensando en la gran pantalla que tiene y en que al menos nosotros lo dejamos en las características de uso más altas.

La carga rápida dice ser de 45W y utilizando un cargador de 65W demoró una hora en la carga total, aunque como suele suceder, en media hora estaba en 72%. También probamos la carga inalámbrica y el llamado “presta carga”, pero más bien lo hicimos para probar su capacidad y no para medición.

Lamentablemente no tenemos manera de probar con un cargador de 45W porque como ya lo saben, Samsung no los incluye en sus cajas de empaque desde hace un par de años por, supuestamente, medidas medioambientales que permitan la reducción de la llamada “basura electrónica” y aquí viene la pugna.

Claro, porque si me hablan de medioambiente (ojo, no tengo porqué dudar de sus buenas intenciones) entonces inmediatamente puedo decir que cargar un equipo a una velocidad absurdamente baja en comparación a su capacidad es un acto cruel hacia la tierra al tener que utilizar más energía para lograr mi objetivo. ¿Qué pasa ahí?

Samsung debería tener claro, y estoy seguro que sí lo tiene, que un número bajísimo de sus usuarios tiene un cargador de 45W disponible y la gran mayoría tiene uno común y corriente de 5W o cuando mucho 10W, por lo que la ayuda al planeta pierde total sentido si fabrico algo mejor pero otro tiene que comprarlo para aprovecharlo. Así junto más cargadores en casa y esa no es la idea, ¿o no?

Obvio que es un avance que en su construcción se utilice plástico reciclado retirado del mar y que cada año suba ese porcentaje, pero esto tiene que ir de la mano con el cargador y la energía eléctrica que tengo que utilizar para cargar mi smartphone al cien por ciento. Como saben, si la disminuyo, más ayudo al planeta.

Así las cosas, Samsung debería entregar el cargador de 45W a quienes lo soliciten y exigirles el antiguo a cambio para dicho proceso. De esta manera cumplen tres objetivos, primero que se le saque el jugo a su equipo con esta buenísima característica de carga rápida; segundo que se utilice menos energía eléctrica en esa tarea y tercero, que ellos sean quienes puedan reciclar esa gran cantidad de cargadores que están en casa.

Para finalizar (y dejando las peleas “terrible brígidas” de lado), tenemos un S Pen que seguro alguien podrá decir para qué quiero un lápiz en mi teléfono, pero una vez que lo ocupas no dejas de hacerlo y ahí está su gracia. No es un chiche, es un complemento y puede servir además de tomar notas a mano, como puntero para mover una presentación tipo power point y como disparador de fotografía a distancia. Cuando sirva como mando para el Just Dance harán el círculo completo.

El Galaxy S23 Ultra es el equipo Android más completo del momento, con las cámaras más vistosas (aplausos para ese video) y la potencia que otro no tiene. Esto obviamente hace que su precio sea bastante alto (desde $1.499.990), pero para eso hay dos soluciones: 1) ver la nota que dejamos acá con las mejores opciones para conseguirlo con grandes descuentos y 2) pensar que la alta inversión se justificará con los cuatro años de actualización de sistema operativo, lo que teóricamente significa que recién tendría que cambiar de teléfono en 2028.